Las Runas son una de las formas de adivinación más antigua cuyo origen se remonta a la Edad de Bronce y, seguramente, a etapas anteriores. Los aguerridos pueblos nórdicos (hoy Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia e Islandia) utilizaron estos símbolos para comunicar y dejar constancia de sus hazañas pero, más antiguo aún fue su uso mágico y oracular.
¿Para qué se utilizaban?
En efecto, las runas vikingas se utilizaron para atraer y proyectar poderosas energías en la curación y protección, al tiempo que se empleaban como oráculo para conocer pasado, presente y futuro.
Según narran antiguos poemas, antes de la Era Cristiana, eran consultadas por reyes, príncipes y oficiales de las naciones del Nordeste de Europa para tomar grandes decisiones: acciones en guerras, alianzas, entrevistas, nombramientos y otras altas medidas políticas y familiares.
También las empleaban, en monumentos y utensilios de uso ritual, para rendir tributo a sus deidades y agradecer los resultados de las gestas por ellos orientadas, a través del mismo oráculo. Según la tradición, sacerdotes y magos sabios de la región, empleaban signos rúnicos para elaborar talismanes, conjuros y fórmulas mágicas.
Utiliza el “ALFABETO” RÚNICO O FUTHARK”.